El maestro y el espejo

馃 El Maestro y el Espejo

En un dojo silencioso, ba帽ado por la luz tenue del amanecer, el maestro Takeshi guiaba a sus alumnos en una pr谩ctica de t茅cnicas individuales frente al espejo. No era un espejo cualquiera: para 茅l, era una herramienta de introspecci贸n, no de vanidad.

Mientras los estudiantes se concentraban en sus movimientos, Takeshi observ贸 a uno de ellos—Haruto—detenerse para acicalarse el cabello, ajustando su imagen con meticulosa atenci贸n. El maestro se acerc贸 con calma, sin juicio, y le dijo:

—Haruto, dime… ¿qu茅 ves cuando te miras en el espejo?

El joven, algo desconcertado, respondi贸:

—Veo mi reflejo. Quiero verme bien.

Takeshi asinti贸 lentamente.

—¿Y si te dijera que ese reflejo no eres t煤? Que el espejo puede ser m谩s que una superficie que devuelve una imagen. Puede ser una puerta y no para acicalar lo que otros ven, sino para observarte desde dentro. Para sentir qui茅n eres t煤, personalmente, cuando nadie te mira.

Haruto baj贸 la mirada, confundido.

—Cuando practicamos artes marciales, no buscamos impresionar. Lo que queremos es  Buscar una actitud particular en nuestra expresividad. Cada t茅cnica que ejecutas puede ser una manifestaci贸n de tu voluntad m谩s profunda. Si te apegas a la imagen, te conviertes en un prisionero de ella. Pero si sientes desde tu interior, cada gesto se vuelve aut茅ntico, por tanto: libre.

El joven volvi贸 a mirar el espejo, esta vez sin tocarse el cabello; respir贸 hondo y, por primera vez, no vio solo su rostro. Se fij贸 en su intenci贸n.

Viendo, el maestro, un cambio en su actitud le dijo:

Haruto, est谩s dando un paso inteligente. Te recuerdo que esa imagen es el reflejo de tu ego, no de tu ser interior. Lucha contra 茅l pero no dejes de respetarlo, pues te ayuda a luchar por tus objetivos personales.
Controla la posible desmesura y lo que 茅sta puede provocar, pues sus excesos son nocivos para tu forma de pensar, esto es: para tu mente y con ello el perjuicio en tu f铆sico es colateral.

S茅 su amigo, pero no s茅 intransigente con sus exigencias de gloria y soberbia; y con valor y decisi贸n no rompas tu integridad con tu ser espiritual que es el que, con sus consejos y buena orientaci贸n, te lleva a vivir en equilibrio y sentir paz interior disfrutando de salud y bienestar. Para ello un buen comienzo es el que est谩s demostrando: enhorabuena.

Recuerda: no entres en su juego de caprichos y excesos; haz, sin embargo, de esta actitud que muestras una forma de sentir tu interior en cada momento de tu entrenamiento y exp谩ndelo a tu ser y estar en cada momento de tu vida.

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